28 de septiembre 2013 - 11:14 am
Siempre nos
hemos quejado de la mala memoria del venezolano, en casi todos los
ámbitos. Poca gente se ha ocupado de mantener la memoria histórica
musical para que las producciones no queden en el olvido.
La mayor parte de los músicos ni siquiera conservan sus grabaciones, material fotográfico y otros documentos.
En Venezuela, pocos jóvenes menores de 30 conocen, por ejemplo, quién era Vytas Brenner, el más importante ícono de la fusión entre el rock y la música venezolana durante los años setenta. A la pregunta "¿Qué conoces de los años setenta?" la respuesta general es muy vaga, un silencio y una cara de interrogación. Pero no tan lejano en el tiempo la situación tampoco es halagüeña: gran parte de lo que se editó en la década de los noventa, cuando el formato CD había llegado con fuerza, también permanece desconocido.
De los años sesenta quedan en el inconsciente colectivo algunos temas (versiones casi todos) de grupos como Los Darts, Los 007, Los Impala, Los Supersónicos y algunas reediciones poco cuidadas... Casi nada se recuerda de otros grupos y músicos que hicieron relevantes aportes al sonido bluesrockero y psicodélico. Cuando en California y Londres se hacía rock psicodélico aquí en Venezuela se producían réplicas, con las limitantes en producción, calidad de grabación y promoción.
En la década de los noventa algunas disqueras independientes de Inglaterra comenzaron a hurgar en la psicodelia latinoamericana, encontrándose con diversas joyas, entre ellas el cuarteto caraqueño Ladies WC. Más recientemente el interés provino de Shadoks Music, en Alemania, tras un proceso de exploración y rescate que el legendario guitarrista Joseíto Romero llevó adelante durante cuatro años hasta dar con las cintas originales de los dos únicos temas grabados por LSD (Lunes, Sábado y Domingo) en 1969, los cuatro que grabó la banda Tsee Mud entre 1970 y 1971 y las grabaciones que Bacro realizó en 1972 durante un concierto en el que acompañaron al cantante Rudy Márquez. Tras aquellas experiencias, Romero se mudó a España, en donde, entre otras cosas, fue director de la banda de Mike Kennedy, ex cantante de Los Bravos.
Regresó a Venezuela en 2009 para emprender esta búsqueda que arrojó un primer resultado magnífico: un LP y un CD, combinando canciones de los tres grupos y otros temas aún por editar.
Con orgullo, Romero explica: "A mediados de 2008 fui contactado por Enrique Viniegras, colaborador de la disquera alemana Shadoks Music, quien estaba trabajando en un proyecto sobre el rock venezolano de los años sesenta y setenta. Yo vivía en Tenerife. Había seleccionado seis bandas y en tres tocaba yo. Entonces empezó la búsqueda de los temas grabados por LSD, Tsee Mud y Bacro, ya que la condición era que sólo se editaría el disco a partir de las cintas originales. Los temas inéditos de Bacro estaban en una cinta olvidada en la Colonia Tovar desde finales de la década de los setenta, llena de hongos.
Las dos canciones de LSD se editaron con el sello Vida y fue una odisea conseguirlas. La idea de rescatar ese material siempre estuvo en mi mente y fue una maravillosa coincidencia conocer a Enrique. Todo este trabajo, la recopilación de las matrices originales, su procesamiento posterior, la biografía en el disco y otros detalles se llevó cuatro años. Ya vamos por la tercera edición del LP, siendo Francia y Japón los países de mayor receptividad". Gran contribución a la reconstrucción de los inicios de nuestro rock.
@jcballesta @revistaladosis.
La mayor parte de los músicos ni siquiera conservan sus grabaciones, material fotográfico y otros documentos.
En Venezuela, pocos jóvenes menores de 30 conocen, por ejemplo, quién era Vytas Brenner, el más importante ícono de la fusión entre el rock y la música venezolana durante los años setenta. A la pregunta "¿Qué conoces de los años setenta?" la respuesta general es muy vaga, un silencio y una cara de interrogación. Pero no tan lejano en el tiempo la situación tampoco es halagüeña: gran parte de lo que se editó en la década de los noventa, cuando el formato CD había llegado con fuerza, también permanece desconocido.
De los años sesenta quedan en el inconsciente colectivo algunos temas (versiones casi todos) de grupos como Los Darts, Los 007, Los Impala, Los Supersónicos y algunas reediciones poco cuidadas... Casi nada se recuerda de otros grupos y músicos que hicieron relevantes aportes al sonido bluesrockero y psicodélico. Cuando en California y Londres se hacía rock psicodélico aquí en Venezuela se producían réplicas, con las limitantes en producción, calidad de grabación y promoción.
En la década de los noventa algunas disqueras independientes de Inglaterra comenzaron a hurgar en la psicodelia latinoamericana, encontrándose con diversas joyas, entre ellas el cuarteto caraqueño Ladies WC. Más recientemente el interés provino de Shadoks Music, en Alemania, tras un proceso de exploración y rescate que el legendario guitarrista Joseíto Romero llevó adelante durante cuatro años hasta dar con las cintas originales de los dos únicos temas grabados por LSD (Lunes, Sábado y Domingo) en 1969, los cuatro que grabó la banda Tsee Mud entre 1970 y 1971 y las grabaciones que Bacro realizó en 1972 durante un concierto en el que acompañaron al cantante Rudy Márquez. Tras aquellas experiencias, Romero se mudó a España, en donde, entre otras cosas, fue director de la banda de Mike Kennedy, ex cantante de Los Bravos.
Regresó a Venezuela en 2009 para emprender esta búsqueda que arrojó un primer resultado magnífico: un LP y un CD, combinando canciones de los tres grupos y otros temas aún por editar.
Con orgullo, Romero explica: "A mediados de 2008 fui contactado por Enrique Viniegras, colaborador de la disquera alemana Shadoks Music, quien estaba trabajando en un proyecto sobre el rock venezolano de los años sesenta y setenta. Yo vivía en Tenerife. Había seleccionado seis bandas y en tres tocaba yo. Entonces empezó la búsqueda de los temas grabados por LSD, Tsee Mud y Bacro, ya que la condición era que sólo se editaría el disco a partir de las cintas originales. Los temas inéditos de Bacro estaban en una cinta olvidada en la Colonia Tovar desde finales de la década de los setenta, llena de hongos.
Las dos canciones de LSD se editaron con el sello Vida y fue una odisea conseguirlas. La idea de rescatar ese material siempre estuvo en mi mente y fue una maravillosa coincidencia conocer a Enrique. Todo este trabajo, la recopilación de las matrices originales, su procesamiento posterior, la biografía en el disco y otros detalles se llevó cuatro años. Ya vamos por la tercera edición del LP, siendo Francia y Japón los países de mayor receptividad". Gran contribución a la reconstrucción de los inicios de nuestro rock.
@jcballesta @revistaladosis.
